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Modelo productivo: el diálogo comienza ahora

¿Podemos hablar de "un” modelo productivo en Paraguay? ¿Cuál sería? ¿Es sostenible este modelo para los próximos 20 años, o ya está agotado?

Estas y otras preguntas se plantearon en el primero de lo que será una serie de diálogos sobre el modelo productivo y sostenibilidad que promueve la plataforma Paraguay Ahora. De este primer encuentro participaron Viviana Casco, Ministra de la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP); Héctor Cristaldo, Presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP); Marcial Gómez, líder de la Federación Nacional Campesina (FNC); Lucy Aquino, Directora Ejecutiva de WWF; y Diego Oddone, Vicepresidente de Asuntos Estratégicos y Planificación de la Unión Industrial Paraguaya UIP).


Primeramente, Fernando Rivarola, dialogante de Paraguay Ahora, presentó la experiencia de la plataforma y destacó la importancia del diálogo para avanzar en temas trascendentales, explicó

“Identificamos la ausencia de diálogo en la clase política, la polarización que está muy marcada y estas dos posiciones: los que argumentan que el modelo productivo actual es sostenible, funciona y tiene potencial. Y por el otro lado, el que antagónicamente disiente y establece que el modelo productivo actual es insostenible, depreda nuestro patrimonio ambiental y no genera suficientes fuentes de trabajo que nuestra economía necesita”

Matilde Bordón, Representante Residente del Banco Mundial en Paraguay, resaltó la importancia de promover diálogos amplios.

“Lo que buscamos con este espacio es la diversidad de opiniones, es ahí donde la democracia se fortalece y se pueden encontrar consensos para avanzar y seguir adelante”.

A su vez, mencionó que “parte del crecimiento alto que ha tenido el país en los últimos años ha sido a costa de sus recursos naturales”. Por otro lado, señaló el tema del capital humano como uno de los desafíos que el país enfrenta.

“El ICH (Índice de Capital Humano) muestra que un niño nacido en Paraguay en el 2020 será un 53% menos productivo cuando crezca de lo que podría ser si tuviera una educación completa y plena salud, y este valor es más bajo que el promedio para la región de América Latina y el Caribe y países de ingreso medio”.

En cuanto a la reforma del modelo económico a través del diálogo, hubo un alto consenso entre los panelistas. Héctor Cristaldo relató la experiencia de diálogos a principios del siglo XXI.

“De diversos sectores trabajamos 4 años, de 1999 al 2002 para sacar el Estatuto Agrario y a finales del 2003 para elaborar la nueva Carta Orgánica del INDERT. En otro diálogo público-privado, en 2003, Paraguay salió del default y empezó a tener equilibrio fiscal. En 2004 tenemos el Pacto por el Bosque Atlántico que culminó con la Ley de Deforestación Cero”.

Añadió que estos acuerdos se elaboran a partir de posiciones y visiones diferentes, pero que llevan a priorizar los intereses del país.

“En Paraguay el modelo económico es una microvariable al lado del otro problema: el modelo de gestión política basada en el prebendarismo y la corrupción”.

Para Lucy Aquino, Directora Ejecutiva de WWF, a pesar de que contamos con una Ley de Deforestación Cero aún así se sigue deforestando y tenemos mucho camino por delante para tener sostenibilidad, destacó que

“Hoy no podemos hablar del cultivo de soja solamente, sino del cultivo de marihuana que se está cultivando en áreas silvestres protegidas, en las reservas forestales y reservas privadas”

Para Marcial Gómez, líder de la Federación Nacional Campesina, el debatir sobre este tipo de temas es una iniciativa muy importante.

“Lastimosamente en todo el proceso, toda la política implementada en nuestro país es en base a la determinaciones de los que tienen más y los que tienen poder. Nunca hubo participación efectiva del campesinado, de los pueblos indígenas, de los jóvenes, de las mujeres, de los sectores sociales de nuestro país. Es un paso importante generar espacios de debates sobre temas tan importantes que son el modelo económico y el modelo productivo entre diferentes sectores. Ojalá que surjan pasos que aporten a la reforma de políticas públicas para enfrentar la crisis en el país y en el mundo, como la crisis económica y la crisis ambiental”.

Para el Ing. Diego Oddone, Vicepresidente de Asuntos Estratégicos de la Unión Industrial Paraguaya,

“el diálogo es el método para construir políticas públicas, para debatir las ideas y las opiniones que tienen los diferentes sectores, de cómo ir hacia donde queremos que es el desarrollo y el bienestar de nuestra sociedad, necesitamos un desarrollo inclusivo”.

Viviana Casco, ministra de la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP), señaló que los ODS a nivel país son objetivos ambiciosos, pero que se construirán de manera conjunta. Explicó que como secretaría cuentan con el Plan Nacional de Desarrollo 2030 y también desarrollarán planes sectoriales, ya con todos los actores involucrados, donde el diálogo es fundamental en ese proceso de construcción, subrayó que

“Tenemos que cambiar nuestro modelo económico. Mantener esa solvencia macroeconómica es importante, pero nuestra tarea de aquí en adelante es la microeconomía

En cuanto al modelo productivo y la sostenibilidad para los próximos 20 años, Cristaldo habló sobre el proceso de desarrollo sostenible.

“El modelo económico es una de las patas, no es la única pata, el modelo de gestión política se está constituyendo en estos momentos en un freno para el desarrollo, una burocracia infernal, una polarización que evita el diálogo”. En esa misma línea, Aquino dijo que tenemos muchísima corrupción en Paraguay y que aún falta mucho. “Este modelo debe enfocarse en lo que está haciendo la STP con las municipalidades porque son pocas las municipalidades que tienen el ordenamiento urbano territorial para decir dónde, cómo y cuándo podemos desarrollar (...) El modelo que estamos llevando adelante no diría que está agotando los recursos, pero tenemos que tener en cuenta que los recursos naturales son la base de la economía de todas las naciones. Tenemos que tener métricas y hacer este ordenamiento de nuestro territorio”.

Para Gómez, desde la FNC sostienen que cualquier modelo de desarrollo nacional se debe plantear sobre los recursos de nuestro país.

“Tenemos un modelo productivo basado en el latifundio agro exportador, extractivista, que no aporta para el desarrollo de nuestro país, que sí beneficia a un pequeño grupo históricamente privilegiado. En términos de desigualdad en la tenencia de tierras de nuestro país, el 85% de las tierras aptas para la agricultura tiene el 2% de la población, casi la desigualdad perfecta. En contrapartida, más de 300.000 campesinos sin tierra y más de 285.000 familias de pequeños productores de alguna manera sobreviven atropelladas por este modelo productivo: envenenamiento, atropello a las comunidades, grupo de civiles armados, desalojos, con el avance de ese modelo productivo. Ahora se habla de que la frontera agrícola debe crecer, sobre todo para la soja, a 5.000.000 de hectáreas. El monocultivo ahora está arrasando a nuestro país, los arrozales secando humedales en el sur y las consecuencias van quedando”.

Asimismo, señaló que según los datos estadísticos, el 10% más rico de nuestro país gana 23 veces más que el pobre, y el 1% más rico gana 53 veces más.

Casco indicó que tenemos energía suficiente y mano de obra suficiente.

“Creemos que una de las funciones y papel fundamental del estado a través de la STP es planificar qué vamos a hacer en la tierra en términos de desarrollo productivo. Hoy hablamos que el 10% de la población paraguaya está en extrema pobreza, este año va a subir al 14%. Con eso definitivamente vamos al revés que la necesidad del desarrollo nacional”.

Sin embargo, para Oddone no solo se debe hacer un cambio en el modelo productivo sino también en el modelo económico.

“Tenemos un sector agro exportador al que le va bien, un sector secundario de la industria que intenta levantar la cabeza, el sector terciario que le va bastante bien, sin embargo no pudimos desarrollar un sector industrial fuerte. Las políticas han sido diseccionadas para otros sectores. Desde el punto de vista de la industrialización de la materia prima hace falta”.

Agregó que mucha gente salió del país ya que no encontró una oportunidad económica en la industria, el comercio y los servicios, además de mencionar el negocio de la informalidad, la falta de un banco industrial y la necesidad de desarrollar una industria metalúrgica pesada.

En lo que al Plan Nacional de Desarrollo se refiere, la ministra Casco relató que existen muchos desafíos tratando de identificar nuevos motores de crecimiento para nuestra economía, como la energía limpia y renovable, no solo de las hidroeléctricas, sino también el aprovechamiento de la energía solar, además de incluir el avance de una una economía del conocimiento (BECAL y CONACYT) y el desarrollo de una economía verde (Proyecto PROEZA, Plan de Ordenamiento Urbano Territorial, etc.).



Respecto a la compatibilidad de la agricultura familiar campesina y la producción agro ganadera intensiva y extensiva, Cristaldo estuvo de acuerdo en que ambos modelos son complementarios porque en el fondo el trabajo se centra en escalas, aunque solo faltan el acceso a los títulos de propiedad, la capacitación, la investigación, el financiamiento adecuado y la inserción en las cadenas de valor. Para Aquino, estos modelos son incluyentes y se están probando en el sector forestal, agrícola y ganadero, trabajando en conjunto para lograr un desarrollo sostenible basado en cuatro pilares: sostenibilidad ambiental, sostenibilidad económica, sostenibilidad social y sostenibilidad desde el punto de vista de la gobernanza. En contrapartida, Gómez dijo que son incompatibles ya que la agricultura familiar campesina es milenaria y el modelo productivo agro exportador tiene solo 50 años en el país, subrayó

“Creemos que el Gobierno debe tomar medidas políticas claras por lo menos para mitigar el problema económico y social, por lo menos zonificar la producción como primera medida porque al lado de una extensión de 5.000 hectáreas de cultivos de soja una comunidad campesina e indígena no puede sobrevivir por el modelo de producción y por la utilización excesiva de agrotóxicos. Mata todo se dice del glifosato, no hay posibilidad de sostener al lado de una finca de soja transgénica una finca campesina que produce diversidad de rubros, principalmente para autoconsumo familiar y alimento para nuestro pueblo”

Desde el sector industrial, Oddone cree que hay compatibilidad entre estos dos tipos de sistemas y que hay que establecer el diálogo entre todos los sectores.

“Tenemos que ganar todos porque o sino no es sostenible”. En esa misma línea, Casco señaló que la agricultura familiar es un poco más amplia y que deben tener acceso a toda la tecnología para desarrollar los productos. “Siempre vamos chocando con el mismo problema que es la tenencia de tierras, si bien el ahora casi 4000 títulos ha entregado el INDERT el desafío es mucho mayor”.

En cuanto a la generación del trabajo, Cristaldo señaló que corresponde más al sector privado y que el acompañamiento se debe dar desde el sector público.

Necesitamos generar las condiciones, que la gente pueda trabajar con reglas claras, iguales para todos”.

Para Casco debe haber diversificación, no solo concentrarnos en carne y soja, además de abaratar la formalidad, atraer a los jóvenes y que trabajen en el país. Gómez destacó que se debe zonificar la producción, potenciar la agricultura, distribuir la tierra, generar mano de obra y generar industria para el desarrollo nacional.

“Sin el desarrollo industrial no va a haber desarrollo nacional. Dentro del campesinado tenemos 300.000 familias sin tierras, 8.000.000 de hectáreas de tierras mal habidas, hay que distribuir (...) y a eso debe ir ligado el desarrollo de la agroindustria en el sector urbano para que se generen fuentes de trabajo”.


Según Oddone, para crear trabajos se necesitan empresas y actualmente hay una “empresarofobia” y mucha informalidad.

“Tenemos una población económicamente activa de 2.500.000 a 3.000.000 y solo unas 620.000 contribuyentes pagando impuestos. Este no es un problema solamente público, del empresario, de la sociedad, nosotros vivimos en dos países acá (...) Para crear empresas se necesitan: seguridad jurídica y seguridad física. La industria es un gran generador de trabajo”,

asegurando en una última intervención que la distribución de tierras no sería una solución.

Para Casco, el 92% de las unidades económicas son las microempresas.

“Estamos trabajando en las EAS. También en las reformas tributarias. Solo tenemos 600.000 contribuyentes y estamos sosteniendo los bienes y servicios que presta el Estado”.

Entre los acuerdos que se deben proponer, los panelistas mencionaron el diálogo como principal herramienta, dar soporte a los cuentapropistas, a las Mipymes y a las empresas, industrializar el país, activar a la juventud, reducir la producción de CO2, tener en cuenta la deuda de los campesinos, y la promoción de las comunidades indígenas. Asimismo, hubo coincidencias en la necesidad de reorientar el sistema sanitario, garantizar el acceso a los diferentes niveles de educación, generar impuestos progresivos, superar la corrupción y la impunidad, contar con participación y cooperación social, diseñar una política ambiental, mantener la sostenibilidad fiscal, avanzar en los motores de crecimiento vinculados al sector energético, la energía solar, la economía verde, etc., avanzar hacia la economía del conocimiento, formalizar la economía y promover una gestión pública eficiente.


Este encuentro se enmarca en los denominados diálogos estratégicos que impulsa Paraguay Ahora, plataforma de diálogo estratégico de jóvenes líderes provenientes del sector privado, la sociedad civil, la academia, los partidos políticos y la función pública, impulsada por el Banco Mundial. Lanzada a principios de 2020, ha elaborado una “Agenda Paraguay”, cuyos ejes de medio ambiente – territorio y trabajo - economía cuentan con propuestas de acciones estratégicas para el desarrollo sostenible e inclusivo del país.

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