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Encuentro de Diálogo entre Mujeres Políticas Candidatas


Si una mujer entra en política, cambia la mujer, si muchas mujeres

entran a la política, cambia la política.





Introducción


El Diálogo entre mujeres políticas candidatas a cargos municipales, fue realizado el 6 de mayo del 2021. Fueron sus objetivos:


  • Generar un espacio de intercambio sobre los desafíos coyunturales y estructurales del Paraguay, a partir de la narrativa “Paraguay del diálogo a la acción” – Versión 1.0.

  • Reflexionar sobre las causas de la desigualdad entre hombres y mujeres en Paraguay, particularmente sobre la participación en cargos electivos.

  • Generar propuestas para una agenda país y, en ese marco, para avanzar hacia una la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política y pública.


La actividad convocó a referentes de diversos partidos y movimientos, hecho que fue valorado por la mayoría de las asistentes.


Participaron del encuentro 23 precandidatos, 21 de ellas, mujeres políticas candidatas a cargos municipales, de las cuales 6 provenían de la capital del país y 11 de otras ciudades. Además, acompañaron 2 precandidatos de sexo masculino.


Preguntas que orientaron el diálogo

¿Qué reacciones te suscita la Narrativa? ¿Qué omisiones deben atenderse y cuáles tópicos requieren precisión?
¿Cuáles son las causas de las desigualdades entre hombres y mujeres en la participación política? ¿Por qué pocas mujeres llegan a cargos electos?
¿Cuáles son aquellas medidas prioritarias para avanzar hacia la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política y pública? (ODS 5)
De los puntos de apalancamiento, ¿cuáles se relacionan directamente con la igualdad política?

Bajo el concepto de “sororidad”, el diálogo se convirtió en un espacio de escucha, reconocimiento, intercambio de vivencias y visualización de puntos críticos sobre las implicaciones contemporáneas de la participación política de las mujeres en Paraguay, las cuales están marcadas por la violencia política de género.


Los testimonios de lucha, militancia, valentía y compromiso generaron un clima conmovedor y estimulante.


“Escuchar no me hace sentir sola” dirá una persona, indicando el fenómeno emergente de la participación política de las mujeres en un país que no cuenta con Ley de Paridad, a 60 años de la conquista del sufragio universal para las mujeres (1961), y donde la política aún es concebida como un oficio masculino.


Sin embargo, “es un momento privilegiado de la política” que desafía no sólo a las mujeres políticas y a aquellas interesadas en incursionar en la misma, sino también a los varones. En suma, a toda la sociedad.


Un efecto inmediato que tuvo este encuentro fue la conformación de un grupo de WhatsApp que provisoriamente asumió el nombre de “Círculo de Mujeres Políticas de Paraguay”.


INTERCAMBIO


La violencia política contra las mujeres


Se ha puesto de manifiesto la expansión generalizada de la violencia política contra las mujeres, la cual está tipificada en la Ley 5777 “De Protección Integral a las Mujeres contra toda forma de violencia”. Consiste en “la acción contra la mujer que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que la misma participe de la vida política en cualquiera de sus formas y ejerza los derechos previstos en esta ley”.


Sus expresiones son múltiples y suceden con mayor visibilidad, según lo manifestado, en los partidos tradicionales y en municipios del interior.


Una salvedad


Una salvedad es importante sobre las prácticas políticas de las mujeres. “Hicimos y hacemos política de varias formas”, aunque predominantemente, “entre bambalinas”. “Siempre fuimos relegadas a las funciones organizativas (organización de reuniones, el recorrido en los barrios)”, o “se nos asigna todas las tareas, pero de tantas, terminamos embrolladas”. Una participante acotará que “son mujeres quienes están planificando y quienes están preparando discursos”. En suma, “siempre estuvimos haciendo política, pero no aparecemos”.


Nos creímos el cuento


Nos dijeron que no podíamos (aparecer”) y nos creímos el cuento de ese “montón de hombres que dicen cualquier cosa”.


La histórica desigualdad entre hombres y mujeres encuentra en el plano político una de sus crudas expresiones. En este campo, aún es baja la participación femenina. “Las mujeres no asumen”, “no se animan”, y, en un contexto electoral, “no conseguimos muchas candidatas mujeres”.


Al respecto, una persona destacó que “la reciente elección de la comisión directiva del Congreso Nacional nuevamente postergó la participación de las mujeres”.



El ninguneo, la cosificación y el acoso


La desvalorización se expresa, entre otras maneras, con el ninguneo. “Cuando hablamos somos menos consideradas o no somos escuchadas”, o por la cosificación: “somos consideradas según nuestros atributos físicos”. El acoso sexual es una constante.


Una candidata a intendenta expresó un crudo testimonio:


Estoy viviendo en carne propia la violencia. Soy la única mujer candidata a intendenta en mi municipio por un partido que no es tradicional. Cuesta muchísimo sortear las dificultades para pugnar por un cargo de decisión. Soy también madre soltera de tres niñas. Para nosotras es el doble y, tal vez, el triple pelear un cargo de decisión contra los hombres. Todos los días tengo ataques. Recibo más ataques en los partidos. Me atacan muchísimo en las redes sociales. Tuve que pedir a un amigo que finja ser mi novio para menguar los ataques por ser soltera. El acoso sexual es frecuente y desgastador.

Los prejuicios tienen mucho poder y alcance. “No tendrían que ser normales”, pero lo son. Circulan hasta en circuitos periodísticos de renombre, donde se escuchan frases como “la belleza te ayuda”.


Una participante contó que, en una entrevista radial, un hombre - desde una llamada al aire - le expresó que por meterse en política “pierde feminidad” y que no debe hacerlo porque es “cosa de hombres”.


Hay varias frases similares que reproducen el prejuicio machista, como “Callate si vos no sabes”, o que cosifican: “que linda que sos, será que podemos vernos después”.


Si una osa cuestionar, proponer o movilizar, es tildada de “revoltosa y conflictiva”.



Trama política


“Hay toda una trama organizativa en nuestros espacios políticos que debemos romper”. A criterio de algunas participantes, la violencia política sucede más en los partidos tradicionales o consolidados, donde “prevalece una crisis de liderazgos”.


Una militante del PLRA, candidata a la Junta Municipal de Asunción, informó acerca de las vicisitudes que enfrenta en una estructura partidaria, donde - para el caso de la capital del país - una “cúpula muy fuerte disputa la continuidad en el poder por más de un cuarto de siglo” que preparó la lista “a puertas cerradas”. Allí, la respuesta “si macaneas te vamos a quitar de la lista” circula con total naturalidad.


Otra participante relató la militancia promovida para afrontar a un clan familiar que hace 15 años gobierna Pedro Juan Caballero.


En este contexto, el sistema desbloqueado comporta una oportunidad que “nos está permitiendo instalar nuevas candidaturas”, señalaron varias mujeres.


Amplificadores


Si la condición de género es de vulnerabilidad, la misma se amplifica en su combinación con otras, como la edad, la pobreza, la etnia, el estado civil, la exclusión, la discapacidad, la maternidad.


La violencia política se amplía y profundiza si sos mujer, joven, pobre, no tenés padrino, sos una persona con discapacidad, sos mamá, sos soltera o pertenecés a un sector no representado, entre otras condiciones,


En los últimos años, la violencia política contra las mujeres sucede crecientemente en las redes sociales, principalmente a través de perfiles falsos. “A veces mi hija adolescente me pregunta por qué te ponen así en las redes.


Machismo y contracultura


La cultura patriarcal es un rasgo dominante de la cultura política en Paraguay. El machismo es una escuela efectiva y eficaz que generaliza modos de concebir la realidad, los géneros, los sexos, el trabajo, la política, la salud, la crianza, en suma, todos los aspectos de la vida. En cuanto cultura, el machismo no tiene género. Hombres y mujeres pueden ser exponentes y practicantes de la cultura patriarcal. “Muchas veces me sentí más discriminada o atacada por las mujeres que por los varones”.


Algunas mujeres contaron que ese machismo fue una escuela en el sentido de inducir el “endurecimiento de la piel” para lidiar con la hostilidad permanente. Otras compartieron su reflexión de que, en estas circunstancias, es necesario “trazarse objetivos, mirar hacia adelante, no distraerse y no tirar piedras a los perros que ladran”. Hubo una experiencia transversal que recorrió todo el diálogo: todas, de una u otra manera, actualizan estrategias y tácticas para lidiar con el machismo cotidiano.


Sobre la Narrativa.


La calidad de la Narrativa, particularmente su rigor investigativo, fue destacada. “Plantea el modelo de desarrollo de Paraguay desde la diversidad y con honestidad”. Ofrece “muchísimas herramientas” y es “insumo importante para la discusión”.


También fueron resaltados paradojas como el fetiche de la Ley y, en particular, el ensalzamiento machista de las mujeres. Se sugirió que esta última sea enlazada con la Ley 5777 “De protección Integral a las mujeres contra toda forma de violencia”.


Otra participante sugirió destacar que “las paradojas que se plantean en el documento son producidas por el modelo de desarrollo”.


También debería vincularse “el bono demográfico con el tipo de empleo y trabajo” y “pensar el trabajo sobre la base de los derechos”.


La Narrativa debe otorgar prioridad y detalle a las políticas de cuidado, vista su relevancia para comprender la realidad, combatir la desigualdad y, en particular, la desigualdad entre hombres y mujeres. A las mujeres “nos miran como la servidumbre. Somos las personas que estamos haciendo el trabajo de la servidumbre de la humanidad, que no se reconoce en la lectura política y la macroeconómica”. Es esencial incorporar la perspectiva del cuidado en las diferentes políticas públicas porque “la maternidad y el cuidado en general no pueden ser un obstáculo” para el ejercicio de los derechos, entre ellos, la participación política.


El financiamiento político se vuelve un tópico central para las mujeres políticas, principalmente porque la gran mayoría no hace parte de grupos o sectores vinculados con poderes económicos.


Una sugerencia perspicaz, sí de diálogo y pluralidad se trata es “sumar a otros documentos producidos por otros sectores sindicatos, campesinos, etc.). Al respecto, una participante destacó que “todas las voces enriquecerán la narrativa que estamos construyendo”.


La Narrativa será inviable sin la participación de mujeres. Necesitamos promover una narrativa de un Paraguay igualitario, nutrido con testimonios de esperanza. A la vez, necesitamos construir nuestras propias narrativas y cambiar nuestras narrativas en sus propias vidas.


Temas municipales


Al tratarse de elecciones municipales, el conversatorio dio pie al destaque de algunos tópicos de la gestión local


  • Pensar el modelo de ciudad a la luz del modelo de país.

  • Pensar la descentralización. Esta “no es una palabra cualquiera. Es la clave para el desarrollo del país. Somos un país pequeño que debiera estar interconectado”.

  • “El Plan Regulador de Asunción se modifica en función de los sectores dominantes ¿Cuáles son las formas desde las cuales se reorganiza nuestra ciudad?”

  • “Hoy tenemos muchas obras que ya están en construcción y que no fueron consultadas a técnicos y gremios, omitiendo un derecho ciudadano ¿Qué mecanismos tenemos para obligar y para efectivizar la participación?”



Propuestas


Varias fueron las propuestas para fortalecer la participación política de las mujeres.

  • Robustecer los instrumentos jurídicos existentes, particularmente su ejecución que es débil en el país.

  • Multiplicar y articular los espacios de formación, capacitación e intercambio, involucrando también a los varones.

  • Trabajar comunitariamente el retroceso de derechos y articular las organizaciones de mujeres existentes. Aquí se ha sugerido recuperar los aprendizajes de las organizaciones estudiantiles, entre otras.

  • Promover y fortalecer los protocolos de protección, prevención y sanción de la violencia;

  • Promover la promulgación de la Ley de Paridad;


La participación política de las mujeres implica un cambio cultural. Así como el patriarcado se construyó, también se puede construir – y se está haciendo - otra forma de concepción del género y de relación entre hombres y mujeres.


Si bien “estamos pugnando por cargos políticos y podemos tener diferencias ideológicas o programáticas, nuestra participación está enlazada con el tránsito hacia una sociedad más justa e igualitaria”.


La interconexión y la articulación son esenciales, principalmente en momentos no electorales. Hay antecedentes como la red de mujeres munícipes.

“Entre todas nos bancamos y nos ayudamos”.


La actividad forma parte de la agenda de ampliación del diálogo estratégico de Paraguay Ahora.




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