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El agua es un derecho: los retos de la inversión y el gasto público en Agua y Saneamiento

Continuando con la campaña “El agua es un Derecho”, la plataforma Paraguay Ahora y el Observatorio Ciudadano de Agua, Saneamiento e Higiene (OCASH) realizaron un diálogo virtual sobre “Los retos de la inversión y el gasto público en agua y saneamiento en Paraguay”. El objetivo fue visibilizar los desafíos para optimizar la inversión y el gasto público destinados al sector agua, saneamiento e higiene, con el fin de reducir las brechas de acceso a los servicios, asegurar una buena gestión y garantizar su sostenibilidad. Participaron Hugo Ruiz, Director de Agua Potable y Saneamiento (DAPSAN) del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC); Facundo Salinas, Director de Inversión Pública del Ministerio de Hacienda; Catalina Ramírez, Especialista en Agua y Saneamiento del Banco Mundial; y Alcides Riveros, Intendente de la Municipalidad de Fernando de la Mora.

Podés revivir el diálogo aquí:


En la actualidad solo el 64% de la población en Paraguay accede a agua mejorada y libre de contaminación, porcentaje muy alejado del promedio regional, que se eleva a un 82% de la población (fuentes: UNICEF y Organización Mundial de la Salud). Raquel Bertrán, de Hábitat para la Humanidad, en representación del OCASH, señaló que es necesario instalar en la ciudadanía, líderes de opinión y, sobre todo, en la agenda política de los candidatos y sus equipos la relevancia de abordar este tema. “Queremos pasar del reconocimiento del derecho formal al agua de calidad y saneamiento mejorado al acceso real y efectivo para todos y todas en Paraguay”. Para Paula Burt, Coordinadora Programática de la Fundación Avina, “el acceso al agua y saneamiento es un derecho que permite que otros derechos humanos sean posibles”.

César Pastore, Especialista en Agua y Saneamiento del Centro de Estudios Ambientales y Sociales (CEAMSO) señaló que el ODS 6 “Agua y Saneamiento” comprende la gestión de recursos hídricos y la prestación de los servicios, y además tiene un carácter transversal e integral, ya que está vinculado al mejoramiento de la salud, de la calidad de vida, de la capacidad productiva de los países, del medio ambiente y a la lucha contra la pobreza. En cuanto a la inversión, explicó que este sector está financiado principalmente con recursos de organismos bilaterales de crédito y cooperación internacional. “En el 2020, se pudo identificar que solo el 0,5% del Presupuesto de Gastos de la Nación estaba orientado al avance del ODS 6 de Agua y Saneamiento. Se estima una inversión de 6 mil millones de dólares al 2030 para cubrir las brechas de necesidades de cobertura”. Para Facundo Salinas “hay una realidad de hierro: no vamos a generar 6 mil millones de dólares de la noche a la mañana para el sector agua. Lo cierto es que toda la economía trata de aplicar los recursos escasos de manera más eficiente. Los recursos para inversión en un buen año han sido un 3% del PIB. De eso, todo lo que se lleva a agua es muy poco”. Ante esta situación, los préstamos y la cooperación no reembolsable son imprescindibles, pero también van surgiendo nuevas estrategias de financiamiento. Un ejemplo es la experiencia de Fernando de la Mora: la primera ciudad de Paraguay en la que se ha realizado un fideicomiso. El intendente Alcides Riveros explicó que a través de un banco de plaza y en articulación con la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (ESSAP) han logrado proveer el desagüe cloacal a más del 70% de la población. En relación con el agua potable, al 95% de la ciudad provee la ESSAP, un 5% aguateras y existe una sola Junta de Saneamiento.


Para Hugo Ruiz, el problema central del sector radica en la dispersión de trabajo entre las instituciones. “Es cierto que en agua potable hemos alcanzado niveles importantes de cobertura. En saneamiento, sin embargo, hay un retraso sumamente evidente”. Recordó que en 2018, en conjunto con el Banco Mundial, se realizó un estudio de calidad de gasto en Agua y Saneamiento, que reveló, por ejemplo, que la falta de inversión de este sector impacta en el Producto Interior Bruto en una pérdida de 1,63 % por año. Catalina Ramírez planteó un desafío adicional: gestionar la volatilidad de la inversión en el sector. “Si se aprueban muchos créditos, en un año tienes una inversión muy alta y, si no se aprueban, no se hace nada. Ello afecta la gestión. Además, muchas veces se realizan inversiones y cuando llega el prestador, no tiene la capacidad técnica para gestionar el servicio”. Por ello, considera imprescindible crear un marco de planificación, que enmarque todas las inversiones a ser realizadas.

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